en la ducha
las lágrimas son otras,
sal de mis ojos,
luces de territorio muerto,
bocanadas de esos decires
suspendidos en la puerta de tu alma,
vaya a saber porque una escucha lo que le dicen,
y juega con los rulos de la vida, sintiéndose tan satisfecha
vaya a saber porque nos vamos quedando sin palabras
vaya a saber porque las lagrimas son otras bajo el chorro de la ducha,
vaya a saber porque la ducha es sólo una gran avalancha de lágrimas que no cesan.
insisto con esto; en la ducha las lágrimas son otras sales de mis ojos,
sensaciones de mi cuerpo,
y una pregunta me ronda ¿dejaré de ducharme cuando ya no tenga lágrimas que lloren?