Algo que escribi hace mucho tiempo!!!

Voy, yo se que voy, no se certeramente hacia donde voy. Pero estoy yendo, quizás como buey que tira de un pesado carro. Tal vez como una gaviota escapando del invierno. Voy como manuelita, un poco caminando y otro poco a pie, hacia Paris o Budapest.

Voy llenando los huecos de mi alma, con papeles de diarios, palabras olvidadas en el viento, o una botella arrojada al mar.

Voy tratando o evitando, que por esos huecos se me escape la vida, aferrándome a que la muerte no sea mi próxima parada.

Voy, a veces me pregunto hasta cuando voy, cuantos caminos zigzagueantes me faltan por recorrer, cuantos ríos profundos por cruzar, cuantas salvajes por domar.

Inevitablemente recorre a veces mi alma y mi cuerpo un escalofrío tan penetrante como cuchillos de caza, tan potente como una escopeta de doble caño. Y se que soy vulnerable, y para peor me creo inmortal, da tanta risa saber que alguien quiera perpetuar su vida in eternum. Simulando que la vida fuera digna de vivir. Soportando este mundo década tras década, con sus conflictos aéreos, sus invasiones terrestres y sus relaciones carnales.
Inevitablemente me río, con esa ironía de los desesperados, de los que están esperando siempre un tren que nunca llega, o de los disgustados, de los que están parados en una cornisa sintiendo el embriagador éxtasis del vacío que llama, que tira, ese abismo seductor devorado por nuestros ojos cargados de esa nostalgia que nos habita.

Y que loco pensar que uno va a dar ese salto y la caída no será un tortazo, sino que la Quinta sinfonía de bethoven oficiará de soporte y nos mantendrá en el aire planeando, levitando, como esa gaviota en el mar suspendida, serena, magnifica, grandiosa en su pequeñez.

Y más aún que loco pensar que estar vivos es sentir un suave golpeteo en el pecho.

Y más aún, que loco pensar que estar vivos, es sentir un suave golpeteo en el pecho.




Y más aún, que loco, pensar que estar vivos es sentir un suave golpeteo en el pecho.