miércoles, 23 de abril de 2008

Macedonio Fernández


"ojos que se abren comos las mañanas

y que cerrándose dejan caer la tarde."



Suave encantamiento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Tan pronto pasa todo cuanto pasa!
Muere tan joven ante los dioses cuanto muere!
Todo es tan poco!
Nada se sabe, todo se imagina.
Rodéate de rosas, ama, bebe y calla.
Lo demás es nada"

Fernando Pessoa

Ahora que tengo tu atención, te cuento una de villanos: anoche (cualquier noche) encontramos a dos pibes de no más de 10 años durmiendo en una plaza. Ellos, cansados, "dados vuelta" (tal vez por aspirar poxi), descalzos. Atrapada en esta sensación (que no me gusta mucho!! digo, esto de ser el Estado -de alguna manera por mi trabajo- y de ser adulto), llegué anoche muy tarde a casa y estuve lo que quedó de ella sin poder dormir. Debo confesarte que no soy exactamente una persona sencilla (con esa sencillez de las emociones simples, digo), pero tengo tal amor por la vida, que con los amigos, los amores, la familia, mates, algunas sonrisas, las flores de mis plantas, mis mascotas...va! la vida va! pero hoy se hace difícil remontarla… como dice Manu Chao, Infinita Tristeza.
La otra pregunta justa que te estarás haciendo es: "porque cuenta este bajón en mi blog?", mi querida amiga, tenés la ventaja (para mi) de ser aún una desconocida! me permito estas reflexiones además, porque de alguna manera, estoy convencida que alguien podrá entenderlas. Luego, pienso que mi chica tal vez lea esto y le de por sonreír (a pesar de todo) y la termine convenciendo de que ella es como mi Jardín Zen. Verás, los Jardines Zen son pequeños terrenos de arena y rocas que surgieron en Japón alrededor del siglo VIII, y que se solían ubicar frente a las habitaciones de los monjes budistas, como un espacio para fomentar la meditación. Los jardines pueden ser pequeños rectángulos, de piedras, arena y diversos materiales. Se utiliza una especie de rastrillo o palo, el que se van dibujando formas, cambiando las rocas de lugar por ejemplo y dibujando en la arena, y la idea es poder concentrarse en ellas (en las formas, digo) y trazando los surcos que representaran nuevas oportunidades para continuar nuestro “camino”, porque un jardín zen representa el camino de la vida, el universo y está pensado para ser inspirador.
“La belleza de un jardín zen, se revela cuando observamos en silencio, meditando en nuestro interior, la relación que cada objeto tiene, las figuras que se van formando, los elementos que se integran. El jardín zen permite dar descanso a nuestra mente, concentrarla en un solo punto. Tranquilizar la ansiedad, la angustia y los miedos. Lo que pretende el Zen a través de los jardines es precisamente mostrar que la realidad no debe ser entendida desde el pensamiento sino desde lo que se ha dado en llamar la intuición pura".
Hoy mi jardín zen son sus ojos… y su infinita sonrisa. Lo demás es la tristeza de la calle, la ineficacia de los justos, una villanada bien armada, los niños de la calle, sin calles.

Abrazo a todas, gracias por leer hasta el final. Y un abrazo inmenso a esa mujer, la mujer de la chacarera…

Tanshu dijo...

Amiga que decir ante tanta belleza, que sea la belelza de ese jardín el que encuentres en tu casa, en tu cama, en tu cocina, cuando vuelvas siempre de esas villanadas de la vida. que tema los chicos de las calles, sin calles, sin rumbos, desorientado y anónadados por es poxy que le quema la vida, lo poco de vida que pueden tener, las migas que otros dejan, a veces una sonrisa que tal vez no sea para ellos, fugaces momentos que se hacen añico en una realidad más que cruda, cruenta.
Te abrazo desde mi corazón amiga. Y que la chcarera sea la felicidad que nos encuentre de nuevo.